miércoles, 18 de noviembre de 2009

DIA DEL NIÑO 2009

DIA DEL NIÑO 2009

Tras mucho esperar si el Ayuntamiento colaboraba en este día tan importante para los niños y viendo que no ha sido así, nos hemos comprometido esta Asociación , prodeni , La Sociedad Gaditana de Ilusionismo , en fin los de siempre (excepto el Ayuntamiento) a montar un año mas este gran día para los niños , en el cual pueden disfrutar y divertirse con los payasos , la magia , los talleres , la globoflexia, de todo un poco como en otros años.


Con esto quiero deciros que os esperamos En el Parque Calderón este domingo día 22 de noviembre a las 12 del mediodía para que disfrutéis con vuestros hijos y hacerle ver a este Ayuntamiento que los niños también tienen su día.

OS ESPERAMOS

viernes, 6 de noviembre de 2009

La magia la mejor cura

La magia la mejor cura



Según dice mi padre “la risa del niño expresa placer y felicidad de vivir”.

Es carpintero pero desde hace seis años cuando nació mi hermano y quedó ingresado por un periodo muy largo de tiempo, observó la necesidad que tenían los niños hospitalizados de reír y maravillarse, lo que le motivó a realizar actividades de ilusionismo y globoflexia, con el objetivo de distraer y provocar risas en las secciones de pediatría.

Comenzó esporádicamente en los hospitales de Cádiz y Puerto Real.

Conforme pasaban los meses los profesores de las aulas de pediatría comprobaban el beneficioso efecto que causa estas actividades sobre los niños, y los médicos consideran que las risas en los niños enfermos favorecen a su recuperación.
Es tal la satisfacción de mi padre habiendo comprobado el éxito de esta experiencia, que
Ingresa en la Sociedad Gaditana de Ilusionismo para así poder mejorar las actividades que venía realizando.

Estas beneficiosas actividades llegan a oídos de otros hospitales, y es el hospital de Jerez el que pide a mi padre que organice actividades en este centro.

Tras esta petición decide constituir una Asociación denominada “CON AIRE DE ILUSIÓN” y así legalizada poder ir varios días a la semana a los diferentes hospitales.
Son muchos los magos que ahora colaboran con él en hacer llegar ilusión a esos niños.

En vacaciones fui un día con él al hospital, y la planta de pediatría parecía un colegio; sus paredes están pintadas de colores y decoradas con murales hechos por los niños.

Tan solo salir del ascensor, vi, un grupo de niños que esperaban la llegada de los magos. Pero este día iba tan solo mi padre con una chica llamada Chari que colabora con la globoflexia y los talleres.

Mi padre fue al control a preguntar cuantos niños no podían salir de sus habitaciones pues después del espectáculo él va a visitar a los niños que no pueden moverse y les hace trucos personalmente a cada uno.

En el vestíbulo junto a los pasillos de pediatría, acondicionado de sillones para ver el espectáculo, se encontraban para coger los mejores sitios niños con gotero, en silla de rueda, muy pequeños en brazo de sus padres y varios extranjeros creo que árabes, que no hablaban español. Pero todos estaban disfrutando y pasándoselo bien.
En la presentación mi padre sacaba misteriosamente una luz roja de uno de los goteros, la metía por una oreja de un niño y se la sacaba por la boca, la hacía aparecer y desaparecer en los lugares más insospechados para ilusionar a los espectadores.

Seguidamente jugó con unas bolas que cambiaban de color y desaparecían de las manos, una a una por arte de magia, después de hacer varios juego con pañuelos , cuerdas hasta con periquitos y palomas; siguió con los más pequeños, ésos que iban en brazos de sus padres , que como eran tan pequeñitos no entendían de juegos de magia, pero sí que les sacaban una sonrisa al transformarles globos de colores en figuras de animales ,o les hacían una corona como a una princesa e incluso preciosas flores para que la regalaran a las enfermeras.

Tras terminar la actuación, mientras Chari seguía con los pequeños, mi padre fue por las habitaciones de niños con cáncer, que por sus tratamientos no pueden salir, sus caras cambiaban en un segundo, reían: “que bueno, ya está aquí,”dicía uno de ellos.

Tras unos minutos de juegos con bolas de esponjas, cartas e incluso con monedas y billetes, las fiebres se convierten en alegrías, las jeringuillas en varitas mágicas y los medicamentos en papelillos e ilusión.

- Papá, ¿me dejas hacerles unos juegos?, le pregunté.
- Claro que sí, me contestó .Todo lo que hagas será bueno para que dejen de pensar en su enfermedad y piensen cómo se hizo el truco y tengan otras ilusiones en sus mentes.

Me dispuse a hacerles unos juegos de cartas que había aprendido unos días antes, conforme los iba haciendo, mi cuerpo rebosaba de placer al ver como por unos simples juegos, a los cuales yo no les daba importancia, para ellos eran pura medicina.

En ese mismo momento me di cuenta como es cierto lo que dice mi padre, la única distracción que pueden tener, son la que le dan personas, que como a él ,no le importa perder unos minutos para llevarles alegrías. Como niños con piernas fracturadas, niños con enfermedades respiratorias otros con operaciones, hasta algunos con cáncer, se habían olvidado por unas horas lo que tenían, sus dolencias habían desaparecido como las luces o las bolas y aparecieron en ellos las risas el buen ánimo y las ganas de vivir.

Después de unas tres horas en el hospital quitando penas y dolores a base de varita mi padre se va despidiendo de ellos con su peculiar despedida “espero no veros el próximo día por aquí” (señal de que están ya recuperados y en sus casas).

Conforme iba pasando por el pasillo desde las habitaciones los niños se despedían con alegría y los padres con agradecimiento.

Al pasar por el control de las enfermeras una de ellas le dijo: “ojalá pudieras venir todos los días, pues contigo las tardes se le hacen más cortas y les suben los ánimos a los niños”.

Ese día me di cuenta que los minutos tan valiosos que desaprovechamos haciendo cosas inútiles lo podíamos invertir en ilusiones como la que hacen personas como mi padre
.


Jesús Peinado Bueno 1ª de ESO .Finalista en el IV Certamen Escolar de Relatos Cortos 2006 Memorial Sor Aguilar